Las mentiras del sexo

Fingir orgasmos ocupa el primer puesto en el ranking pero hay otros motivos y argumentos a la hora de ir a la cama; conocé cuáles son las más comunes de hombres y mujeres

Por Juan Yesnik
Especial para RevistaOhlala.com

Las mentiras a la hora del sexo son más comunes de lo que muchos piensan. Antes que nada, coincidamos en que la mentira tiene relación directa con la autoestima. Mentimos cuando nuestro ego se ve amenazado o cuando queremos sacar provecho de una situación. En este contexto, nadie se animaría a poner en duda que la mentira es un mecanismo de defensa.

En materia sexual, también se miente por temor a quedar expuesto o a perder algo. Generalmente se miente para "negar una situación y no hacerse cargo" (autoengaño), para no "quedar mal" o para no herir a la pareja (a la de siempre o a la del momento o, incluso, a la circunstancial). También se miente para conseguir placer sin importar en nada lo que pueda pasarle al otro (¿se acuerdan de Sexo, mentiras y videos ?).

De una u otra forma, detrás de cada mentira suele haber una inseguridad personal o algún conflicto de pareja a resolver. Sea cual sea el motor de la mentira, en el sexo hay tantos tipos de mentiras como podamos suponer en otros planos de la vida.

Están registradas: la mentira inocente (la que suele usarse para evitar herir emocionalmente a los demás), la mentira beneficiosa (la que se usa para tratar de ayudar al otro), la mentira maliciosa (las que se dicen por venganza, para obtener algún beneficio o ganar en situaciones competitivas), la mentira engañosa (la más perversa, porque pretende hacer daño o aprovecharse de la situación sin escrúpulos). Como ya advertimos, también está el autoengaño.

Quienes han estudiado sobre "el sexo y las mentiras" consideran que el engaño más común es la de las mujeres que fingen orgasmos. Es alto el porcentaje de quienes tienen problemas para alcanzarlo y, en este marco, prefieren simular la situación para evitar problemas con su pareja o por temor a que las tilden de "frígidas".

Están también las mujeres (incluso algunos hombres) que fingen estar en un clímax ideal para estimular a quien comparte la cama y hacer del acto algo más placentero. ¿Cuántas veces gritaron más de la cuenta o se movieron más de lo que quisieron o pudieron con tal de ponerle onda a la situación?. Seguro que "alguna vez", sino "muchas". Cada quien con sus secretos y mentiras.

Lo ideal sería que, cuando es verdadero el deseo de sostener el vínculo, cada día haya menos escenario para las mentiras. Así como ayudan a sostener, también debilitan las relaciones. Lo ideal sería poder comunicar abiertamente lo que a uno le gusta o prefiere evitar; así como aquello que nos limita a la hora de encender el goce.

En materia científica, las mentiras en el sexo suelen tener fundamento en: la falta de aprecio, cariño, atracción o deseo; la dispareunia (dolor en el acto sexual) u otras disfunciones sexuales (disfunción eréctil, eyaculación precoz, fimosis, etc.), los habituales cambios hormonales, cuadros de estrés, ansiedad y depresión, etc.

Si bien, cada día, hombres y mujeres tienden a compartir las mismas mentiras, aún algunas siguen siendo propias de cada género.

Las mentiras más comunes de las mujeres:

1. Fingir cansancio

2. Nadie me hizo sentir como vos. ¡Sos lo más!

3. ¡Guau! Nunca vi nada igual.

4. Ay, me duele...

5. Me miran, me dicen piropos (y otras barbaridades!), pero yo soy sólo tuya.

6. Mis fantasías son con vos

Las mentiras más comunes de los hombres:

1. Te juro que sólo pienso en vos. Sos la mujer de mi vida.

2. Nadie hace el amor como vos

3. Es ella la que me busca. Yo no le doy pie a nada

4. Del hombre a su amante: "Con mi esposa estoy solo por mis hijos, pero ya no tenemos relaciones".

5. Del hombre a su amante: "Te doy todo lo quieras. Lo mío es tuyo

El secreto de las fantasías sexuales

Hombres y mujeres elaboran distintas maneras de llegar al orgasmo en pocos segundos con aquellas creaciones de la mente que producen placer y excitación ; ¿por qué y cómo fantaseamos?

Por Juan Yesnik

Especial para RevistaOhlala.com

Si algo podría calificar al hombre de creativo es el nivel de fantasías que pueda llegar a elaborar. Una fantasía es una representación mental de algo que hemos vivido o que creamos en nuestra mente; así como aquello que adaptemos a la forma que más se ajuste a nuestras necesidades y deseos. Son "fantasías sexuales" aquellas creaciones de la mente que producen excitación y "descontrolan la ratonera".

El tema es qué hacemos con esas fantasías, cómo juegan en los laberintos de nuestra mente, cuáles se concretan y comparten o cuáles nacieron para morir bajo siete llaves.

A esta altura, y recién iniciada la lectura, seguramente, cada uno habrá golpeado las puertitas que suelen llevarnos al orgasmo sin escalas. Cada uno con sus producciones, con sus respectivas causas, efectos y consecuencias.

¿Por qué fantaseamos?

Las fantasías pueden:

* Orientar el juego sexual que queramos poner en práctica (masturbarnos pensando en eso, tomar impulso en el acto con otra persona, etc.)


* Liberar las inhibiciones o pudores, que cada quien sabrá porque no lleva al acto, y gozar con "lo prohibido"


* Ser el motor y única fuente de inspiración de aquellos que por baja autoestima no se animan a concretar el juego con un "otro"


* Sostener la vida sexual que se lleva en la vida cotidiana (muchos juegan a que tienen sexo con X persona o personaje mientras el compañero de cama es alguien que no despierta toda la excitación necesaria)

Y muuuuucho más.

¿Cómo fantaseamos?

Nuestra mente es una infinita conexión de neuronas y en cada sinapsis todo puede pasar. Los recuerdos -los recientes y lejanos- una imagen, una película, un aroma o algo inesperado, del que muchas veces nos preguntamos "de dónde salió para que nos provoque tanto placer".

Las fantasías suelen tener un lugar oscuro y pueden abrir interrogantes. ¿Soy realmente feliz con mi pareja?, ¿qué es esta intriga que me despiertan ciertos juegos sexuales con gente de mi mismo sexo?, ¿por qué gozo con esto que es indecente o condenado?...

Quien crea que sus fantasías pueden ser disfuncionales, quien crea que esas madejas privadas de goce provocan culpa o inseguridad, siempre hay un profesional que puede orientarnos e, incluso, en algunos casos, hacer de esas "sombras", fantasías sanas y gozosas.

Hay ilusiones sexuales que suelen ser la evidencia o las "puntas del iceberg" de un trastorno sexual. Otras pueden obedecer a un duelo obsesivo entre el mundo real e imaginario, producto de un excesivo nivel de exigencia y perfección. Hay tantas fantasías como historias de deseo se puedan imaginar.

Las fantasías, así como sucede con los sueños recurrentes, suelen ser indicios o herramientas para trabajar en el consultorio. También son información que, en algunos casos, se debería compartir con la pareja, para mejorar la performance de cada encuentro.

El sexo de las fantasías

Se cree que el hombre tiene más fantasías sexuales que las mujeres y que en "los ratones masculinos" el queso está puesto en el plato de los estímulos visuales. Ellas tienen un sensor más delicado y exquisito relacionado con el tacto y el olfato.

Generalmente, las mujeres prefieren concretar sus fantasías con sus parejas. Pero cuando esto no es del todo posible, suelen fantasear con viejos amores o relaciones idílicas. Ellas suelen fantasear mucho más que los hombres con la idea de "tener algo alguna vez con alguien de su mismo sexo"; generalmente, porque creen que entre mujeres se sabe lo que necesitan verdaderamente. El contenido de las fantasías femeninas tiene ribetes románticos, así como, en algunas pocas "noches sucias", quieren ser abordadas en forma salvaje.

Los hombres eligen "encender motores" con fotos o videos de alguna celebritie, botinera o chica de almanaque. El sexo oral y que lo masturben es prioridad en el menú de fantasías. Delira la idea de entregarse a más de una mujer que, si juegan entre ellas, mucho mejor. La mujer esclava, predispuesta y solitaria gobierna cualquier plan. Las fantasías sobre sexo anal también son una obsesión.

Señoras y señores, a gozar. En privado o en compañía. Cuando se involucre a otro, siempre en su debido contexto de respeto y acuerdo. Cuando alguna luz de alerta se encienda, una vez más, el consejo de siempre: la consulta. Siempre se puede gozar más y mejor.

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FLOPPY TESOURO, UNA CHICA DE TAPA

Diosito castígame con una así!!!!
Fue la revelación de la quinta edición del reality show Gran Hermano. Como Silvina Luna, Ximena Capristo y Andrea Rincón, fue otra de las “bombas” que saltó de la casa del programa producido por Endemol a la escena mediática.

Este 2010 fue especial: a principio de año, calentó el verano desde la portada de la revista H y fue elegida por Playboy para ser la figura de su número de octubre, ejemplares que sus seguidores guardan como un tesoro.

Ahora, para la temporada 2010, estará en Villa Carlos Paz, con Freddy Villarruel, Sebastián Almada y Waldo en la obra Un Show Pipí Cucú. Para no perdérsela