Practicar Yoga beneficia la vida sexual

El Yoga incrementa nuestro fluído sanguíneo en todo nuestro cuerpo y algunas posiciones, como el águila, trabajan especialmente la pelvis. Cuando la sangre llega a estos lugares, los pone calientes literalmente, y la temperatura eleva la sensibilidad e incrementa el deseo.

Otra razón para que el Yoga beneficie nuestra vida sexual es que tonifica y fortalece todo nuestro torso, incluyendo la parte baja pélvica. Entre más se trabajen estos músculos es mayor el rango de movimiento se tendrá y además brindarán contracciones más fuertes que ayudarán a experimentar orgasmos más intensos.

Esta clase de ejercicios también mejoran nuestra confianza porque nos obligan a calmar la mente y concentrarnos en la respiración, lo que hace que día a día estemos más concientes de nuestro cuerpo y sus necesidades, lo que eventualmente nos ayudará a comunicarle a la pareja nuestras necesidades y mejorar la comunicación en la cama.

Para algunas mujeres la hora del sexo es un poco íncomoda debido a la rigidez de las caderas y los muslos, pero el Yoga ayuda a calmar esos dolores al liberar esa tensión, relajando así la cadera.

En la parte energética también se dice que el Yoga ayuda en el sexo, puesto que varias posturas estimulan los chacras y cuando éstos trabajan bien se puede encontrar un bienestar y una vida sexual vibrante. Los chacras más relacionados con el sexo son el localizado en el perineo, el que está en nuestro abdomen y el del corazón.

Mejora el sexo con tu pareja

Crea lazos fuertes y el sexo mejorará.
Son muchos los estudios que demuestran que los casados tienen relaciones sexuales con mayor frecuencia que los solteros, pero esto no significa que el sexo siempre sea fantástico. Si lo que quieres es recuperar la exaltación sexual que vivisteis en vuestros primeros meses de relación, no te va a bastar con unas esposas emplumadas y menjunjes a base de hierbas.

De hecho, la sexóloga Verónica Vargas asegura que, en ocasiones, intentar que el sexo funcione introduciendo demasiadas novedades resulta más frustrante que otra cosa. "Está bien probar nuevas formas de excitación, el problema es que a veces esa búsqueda se puede percibir como una prueba de que algo va mal. Una cosa es probar y otra buscar soluciones desesperadamente". Según Vargas, la conexión y la complicidad son el mejor afrodisíaco que podrás encontrar. Con esa base, conseguirás tranquilidad y a partir de ahí, puedes innovar, apostar por los clásicos o hacer lo que te venga en gana, disfrutándolo al máximo.
Acuérdate de los buenos tiempos

Una forma de sortear la rutina es asegurarse de que el afecto se convierte en un trampolín para la exploración y la aventura. "En general, todos necesitamos sentirnos especiales. Cuando llevas un tiempo con alguien, tiendes a pensar que ya no te valora como antes. Por eso son tan importantes los recordatorios", explica Vargas.

La jugada: Haz una lista con las 10 cualidades que más admires en tu pareja. Después, cada vez que reconozcas una de ellas en su comportamiento, cuéntale lo mucho que la valoras. Ella se dará cuenta de que estás haciendo un esfuerzo por reconocerle su valía y probablemente te pagará en especies. Así saldréis beneficiados los dos. Otra estrategia: empezar a revisar el montón de fotos digitales que habéis tomado y organizar un álbum conjuntamente. Hacedlo a la antigua, con fotografías impresas, de forma que se rinda homenaje a los mejores momentos y los ratos más divertidos que hayáis pasado juntos. Según un estudio de la Universidad Appalachian State (EE.UU.), las parejas que se ríen y recuerdan juntas los buenos ratos pasados, presentan una mayor probabilidad de sentirse satisfechas con su relación.
Hazte escultor

No, no hace falta que te compres un cincel y te traigas a casa un bloque de piedra de 500 kilos. Hablamos de lo que los psicólogos llaman "el fenómeno Miguel Ángel": el mítico escultor italiano del Renacimiento describía su arte como la liberación de la escultura que se encontraba en el interior de un bloque de piedra. De la misma forma, tú debes potenciar las aspiraciones de tu pareja. Escúchala y apóyala sin presionarla.

La jugada: Haced planes a largo plazo. De este modo, os ayudaréis mutuamente sin que haya presión por parte de nadie (resulta mucho más efectivo animar cariñosamente a la pareja para que envíe su currículum cuando sale una oferta de trabajo que reprocharle que no haga lo que uno cree que debería hacer). La mejor manera de estar seguro de que la apoyas sin parecer un director de escena es dedicar un rato un par de veces al año a hablar de estos objetivos. Así, podrás hacerte una idea mejor de la clase de ánimos que tu pareja realmente desea. Por ejemplo, puedes preguntarle: "¿Cómo puedo echarte una mano?". Si ya tiene un trabajo pero sabes que en realidad sueña con cambiar de sector, valorará que le instes a que se apunte a un curso nocturno o que la invites a cenar cuando apruebe un examen importante.
Engaña al cerebro

En los escáneres cerebrales realizados a hombres y mujeres en plena fase de enamoramiento se observa una elevada actividad en el núcleo caudado del cerebro, el área responsable de las ansiedad y la producción de dopamina. Se trata del mismo potente neurotransmisor que inunda el cerebro después de una raya de cocaína.

Evidentemente, este colocón no dura para siempre y los niveles de dopamina descienden a medida que la relación se asienta. Sin embargo, otro agente químico, la oxitocina (una hormona de la glándula pituitaria que potencia la excitación sexual y la vinculación afectiva, además de fomentar el sentimiento de compromiso y seguridad) toma el relevo a medida que la relación avanza. El cuerpo sigue produciendo esta hormona hasta mucho después de que el subidón inicial de dopamina se desvanezca. "Muchas personas son adictas a esa sensación del principio. Pero la que realmente resulta agradable y equilibra nuestra vida es la que produce la oxitocina. Es lo que nos da la tranquilidad y nos ayuda a progresar", explica Vargas

La jugada: Tu objetivo tiene que ser estimular la producción de oxitocina, lo que no es más que una forma poco sexy de decir que os miméis y tengáis relaciones sexuales con la mayor frecuencia posible, porque, en realidad, son ambas actividades las que producen la hormona. Puede parecerte contradictorio, pero tener relaciones sexuales puede hacer saltar de nuevo la chispa romántica en tu relación. "El circuito neural del sexo tiene elementos en común con el de la vinculación afectiva de las parejas", aseguran neurólogos de la Universidad de California (EE.UU.). Una forma sencilla de pasar más tiempo juntos es irse a la cama una hora antes de lo habitual. Así tendréis ocasión de centraros el uno en el otro, sin que nada os distraiga.
Despáchate a gusto

El estereotipo del hombre fuerte y reservado no te ayudará a establecer un vínculo emocional duradero con tu pareja. En un estudio de parejas realizado por la Universidad de Texas (EE.UU.), sus responsables analizaron la buena disposición de los hombres a revelar con precisión sus sentimientos, así como la empatía mostrada hacia su pareja mientras ésta hablaba. Los hombres que obtuvieron buenos resultados en ambas categorías tuvieron posteriormente una mayor intimidad con sus parejas. "Si tu chica siente que le apoyas, sea cual sea el problema, te valorará mucho más. Y a tu chica le pasará lo mismo contigo. Además, ten en cuenta que una mujer valora mucho que seas capaz de explicarle lo que te ocurre e, incluso, de parecer vulnerable", asegura Vargas.

La jugada: Cada día tendrías que entablar al menos una conversación con tu pareja sobre un tema que os interese a los dos. Puede ser cualquier cosa, desde el último monólogo de Buenafuente hasta tus ganas de dar la vuelta al mundo con ella algún día. No te lo tomes como una obligación, sino como una diversión. "Quizá cueste que salgan los temas, pero pronto será algo espontáneo que os hará sentir muy bien", apunta Vargas.