El Yoga incrementa nuestro fluído sanguíneo en todo nuestro cuerpo y algunas posiciones, como el águila, trabajan especialmente la pelvis. Cuando la sangre llega a estos lugares, los pone calientes literalmente, y la temperatura eleva la sensibilidad e incrementa el deseo.
Otra razón para que el Yoga beneficie nuestra vida sexual es que tonifica y fortalece todo nuestro torso, incluyendo la parte baja pélvica. Entre más se trabajen estos músculos es mayor el rango de movimiento se tendrá y además brindarán contracciones más fuertes que ayudarán a experimentar orgasmos más intensos.
Esta clase de ejercicios también mejoran nuestra confianza porque nos obligan a calmar la mente y concentrarnos en la respiración, lo que hace que día a día estemos más concientes de nuestro cuerpo y sus necesidades, lo que eventualmente nos ayudará a comunicarle a la pareja nuestras necesidades y mejorar la comunicación en la cama.
Para algunas mujeres la hora del sexo es un poco íncomoda debido a la rigidez de las caderas y los muslos, pero el Yoga ayuda a calmar esos dolores al liberar esa tensión, relajando así la cadera.
En la parte energética también se dice que el Yoga ayuda en el sexo, puesto que varias posturas estimulan los chacras y cuando éstos trabajan bien se puede encontrar un bienestar y una vida sexual vibrante. Los chacras más relacionados con el sexo son el localizado en el perineo, el que está en nuestro abdomen y el del corazón.
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