Algunos, al enamorarse, se vuelven dependientes e inseguros. Sin embargo, esta actitud va más allá de las relaciones de pareja. Sabé cómo y si es posible modificarla.
Romina es una chica de 29 años que pasó la mayor parte de su vida de novia. Comenzó el rally a los 14 años y su primer noviazgo duró cuatro. A ese le siguieron otros. Cortos y largos, pero con un rasgo en común: ella los "necesitaba" como si fuesen imprescindibles. Sentía que sin la presencia de un otro a su lado, la vida carecía de sentido y diversión.
"Algo así. Siempre necesité estar de novia y durante ese tiempo ni me lo cuestionaba. Para mí era totalmente normal salir de una relación con un pie en la siguiente", confiesa. "¿Cuándo me empezó a crear conflicto? Al dejar de ser una adolescente y separarme de mis tres últimos novios, que me acusaban de ser una dependiente afectiva. Fue ahí que hace dos años decidí empezar una terapia que al menos me ayude a ordenarme y aprender a vivir por mis propios medios. Hoy estoy sola a nivel pareja desde hace bastante, intentando estar bien, aunque me cueste", cierra Romina su relato.
Ciertas personas tienen una tendencia a ensamblar relaciones, aún sin estar con ambas al mismo tiempo. Ellas despiden a la anterior sólo cuando tiene la seguridad que les brinda la llegada de una nueva, porque no saben -o no pueden- vivir sin el otro que las haga sentir especiales. Tienen un alto grado de dependencia hacia el otro en sus vínculos.
"Hay factores de nuestra personalidad y situaciones en nuestra vida que pueden hacernos propensos a este tipo de relaciones, nadie está exento", comienza la charla la Clr. María Belén Lombi. "Hablamos de dependencia emocional para referirnos a distintas situaciones en el plano afectivo/vincular, que se reflejan en las relaciones interpersonales: con los padres, con los amigos, con la pareja...", explica.
Si bien cada situación es particular, el denominador común en este tipo de personalidades tiene que ver con las necesidades emocionales insatisfechas.
"En el caso de la relación con la pareja, comúnmente se denomina a las personas con esta tendencia como 'adictos al amor'. Es así como aquí se ve una dependencia real hacia el objeto de adicción: la pareja", cuenta Lombi, y agrega que "son seres que necesitan en exceso la aprobación de los demás, con una autoestima muy pobre que se involucran en relaciones asimétricas".
Para la counselor, "la pareja no es pareja", ya que suele constituirse entre una persona de carácter fuerte y otra más débil, aunque en realidad ambas se hallan en la misma condición: carencia afectiva. "La personalidad 'fuerte' posee usualmente una profunda necesidad de ser necesitada por otro. Y, en varias parejas, quien parece ser más débil lleva el control de la relación", agrega.
María Belén revela que se les ha adjudicado esa denominación (adictos al amor) por tener numerosas coincidencias con los trastornos relacionados con sustancias. La mayoría de las investigaciones coinciden en que las características comunes son:
• Necesidad irresistible de tener pareja y de estar con ella (dependencia).
• Priorizan a la persona, objeto de la adicción, con respecto a cualquier otra actividad.
• Tendencia al sufrimiento que se incrementa en caso de ruptura ("abstinencia"), con episodios depresivos o ansiosos, pérdida aún mayor de autoestima, sensación de fracaso, etc.
Una relación dependiente se vuelve egocéntrica, y hace mal. Les hace mal a ambos integrantes de la pareja como así también a sus vínculos con el resto del mundo. Muchos pierden amigos o los relegan, aunque de eso se darán cuenta una vez que se separen y queden aislados de su mundo anterior e interior. Pero posiblemente lo tapen con la llegada de una nueva persona a sus vidas.
"Cuando se presenta un cuadro con estas características, sin dudas, no estamos dentro del plano de la salud. Aconsejo recurrir a un profesional que pueda intervenir en estos casos", concluye Lombi.
¿Te considerás una persona dependiente en tus relaciones?
1 comentario:
Impresionante artículo. Me he enamorado de una chica con dependencia emocional hace algunos meses, y las cosas no se han dado precisamente por esa dependencia que ella tenía. Pero siempre me quedé con la duda de qué pasaba en su cabecita, y fue eso lo que me llevó a leer libros de psicología sobre su forma de ser.
Saludos desde México.
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