Para las que llegan tarde y se pierden el final, algunos tips que pueden ayudar a empatar los tantos en la cama.
No voy a dar el nombre esta vez porque se trata de una de las situaciones más repetidas de todos los tiempos: una parejita que se entiende perfectamente, dos que hablan a calzón quitado y ya han recorrido un camino significativo entre las sábanas y sin embargo algo empaña su dicha. ¿Qué les pasa? No siempre, pero frecuentemente, él la espera (o lo intenta), pero acaba antes que ella.
Resulta bastante frustrante para los dos, y sobre todo para ellas. Así que, aunque no estoy moralmente del todo de acuerdo con esta idea de la mujer orgasmatrónica, esa que te saca un orgasmo del bolsillo como si fuera millonaria, bueno, vamos a utilizarla para nuestros loables fines de satisfacción democrática e igualitaria.
Entonces, atenti a estas cositas:
Hay una cuestión de convicción, o casi casi una cuestión de fe. Una mujer no debe llegar a la cama con su amado preguntándose si esta vez tendrá o no un orgasmo. Debe estar convencida de ello. Se llama profecía autocumplida: lo que una cree que va a pasar, pasa, porque tiene la convicción de que así será. Además convengamos que en este caso no es como la meteorología, el orgasmo no depende del viento norte.
Otra cosa para tener en mente es quitarse todas las preocupaciones. Enyoguisáte antes de tener sexo. No pienses en el trabajo ni en las facturas que todavía no pagaste. Que todo te importe un rabanito, por lo menos hasta después de acabar.
Esto sí, mujeres, ensúciense. Acá no se puede andar con prolijidades. Hay que poner manos en la masa. Y si hay engrudo, hay engrudo. No pasa nada.
Para muchas mujeres confiar en su pareja es una de las recetas más afrodisíacas. Saltar de hombre en hombre, por muy excitante que suene, no funciona para todas. Y si las condiciones de confianza están dadas, cabe por ejemplo averiguar si es que acaso no encontrás una posición fetiche, una que nunca falla. Suele haber alguna y si la encuentran, entonces ya saben ambos que si a él no le queda mucho resto, pueden acomodarse rapidito de esa manera y ¡oh! solucionado el asunto.
No sé, piénsenlo. Se lo comenté a esta chica cuyo nombre no les quiero decir y se fue contenta. A lo mejor a alguien más también le puede servir.
¿A veces las dudas y las preocupaciones te boicotean el placer? ¿Pensás que un cambio de actitud puede traer resultados diferentes en la cama?
fuente: ciudad
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