
El estudio se realizó con mujeres gemelas o mellizas y cuando se les preguntó por su punto G, ninguna pareja de hermanas respondió de la misma manera pese a su similitud genética.
"Si una de las gemelas idénticas respondía que sí, se esperaba que la otra, que tenía genes idénticos, también tuviera la zona erógena, pero este patrón no se produjo", dijeron los investigadores según difunde la agendia Europa Press.
"Las mujeres pueden argumentar que la dieta o el ejercicio ayuda a tener el punto G, pero en realidad es virtualmente imposible encontrar rastros reales", desmintió Tim Spector, uno de los autores del estudio.
Este estudio puede ayudar a disminuir la presión hacia aquellas mujeres que temen que "si no tienen el punto G esto les hace imperfectas. Es bastante irresponsable reivindicar la existencia de una entidad que nunca ha sido probada", añadió Andrea Burri, también autora de este trabajo.
En febrero de 2008, investigadores de la Universidad de L'Aquila (Italia) aseguraron haber encontrado, mediante ultrasonidos, un área de tejido más grueso en la vagina que podría ser la localización exacta de este dudoso punto.
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