Desde el descubrimiento y comercialización de los llamados inhibidores de la 5-fosfodiesterasa (sildenafilo, tadalafilo y vardenafilo, o más conocidos como Viagra, Cialis o Levitra) van siendo muchas las experiencias en el tratamiento de pacientes. Lógicamente, médicos y pacientes cada vez somos más exigentes en nuestras expectativas.
Al principio, y teniendo en cuenta de dónde veníamos (hasta el año 1996 no existía ningún tratamiento eficaz por vía oral), con conseguir un efecto positivo en la erección nos conformábamos. Pero, ahora, las cosas son distintas. Son millones de pacientes en todo el mundo los que han probado alguno o varios de estos tratamientos y vuelven a la consulta contando sus experiencias y preferencias sobre cada uno de ellos.
Básicamente, los pacientes perciben tres características de cada fármaco:
* Tiempo que tarda en hacer efecto
* Efectos secundarios que el paciente percibe
* Duración del efecto, por si le permite tener más relaciones con un solo comprimido
Debemos, junto con el paciente, definir cuál es su mejor opción en función de varias cosas: causa y gravedad de la disfunción eréctil; tipo de pareja (estable u ocasional); número de relaciones sexuales a la semana y durante, por ejemplo, un fin de semana; duración habitual de la relación sexual, etc. Todos estos detalles nos harán decidirnos.
Es muy importante informar adecuadamente al paciente y a su pareja de cómo actúan estos fármacos y cómo deben tomarse. Algunos interactúan con el alimento. Otros no.
Y no debemos crear falsas expectativas, yo les suelo decir que estos tratamientos "no son afrodisíacos". Es decir, si usted se toma la pastilla y a continuación se va a dar un paseo no va a notar nada positivo sobre su erección, a lo mejor algún efecto secundario, pero nada más. En general, "potencian el efecto natural del mecanismo de la erección", reforzándolo o restaurándolo en pacientes con problemas, pero es el paciente el que debe poner en marcha este mecanismo con pensamientos, contacto físico, estimulación local, etc.
Aunque estos consejos parecen básicos, nos damos cuenta día tras día de que muchos médicos no los explican o no se siguen, si el fármaco se adquiere sin receta. Esto nos lleva en no pocas ocasiones a considerar que algunos pacientes no responden al tratamiento oral, con las connotaciones y limitaciones que esto entraña a la hora de ofrecer otras opciones.
Otro tema que preocupa mucho a los pacientes es el tener que "planificar o programar" el encuentro sexual, restándole naturalidad o espontaneidad al mismo. Pues bien, díganle a su médico que esto supone un problema para usted porque hay determinados fármacos que, por su forma de actuar, se adaptan mejor.
Para otros pacientes, el problema es la eficacia. La erección (dureza y duración) mejora pero "no lo suficiente". Una vez más, díganselo a su médico porque también tiene solución. Se puede cambiar de pastilla, aumentar la dosis, combinarlo, en fin, hay soluciones.
Mis queridos cibernautas, espero que estos consejillos prácticos hayan servido para ayudar o ilustrar a algún lector. Si alguno/a se siente identificado con algunas de las afirmaciones, me encantaría recibir vuestras experiencias. Y deciros que gracias a vuestros comentarios y 'clics', el anterior blog estuvo varios días como noticia más leída de ELMUNDO.es. Gracias de corazón, sin duda, a todos vosotros. Hasta la semana que viene.
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