Cómo tener una cola armónica Los glúteos representan uno de los más preciados atributos de la identidad femenina actual. Siempre en busca de ese ideal de belleza, las mujeres recorren consultorios y buscan múltiples opiniones.
Las mujeres pueden tener nalgas pequeñas por causas congénitas o haber perdido la turgencia por la edad, los embarazos, el adelgazamiento o, simplemente, tener una flacidez cutánea tal que la cola aparece caída. La primera intención, habitualmente, es buscar un gimnasio: sin embargo, sólo pacientes con una hipotrofia marcada de glúteos consiguen -a través de gimnasia selectiva- aumentar moderadamente la musculatura.
Tampoco puede esperarse una respuesta satisfactoria gracias a caminatas (como es común escuchar) ya que esta actividad física utiliza los músculos glúteos medio y menores y vasto laterales y no participa el glúteo mayor, vedette de la belleza de la cola (la falta de tonicidad del mismo es la responsable directa por la caída y la flacidez de la misma). Éste sólo se acciona al subir escaleras, cuestas o saltando o al levantarse de una silla. En general, la proyección buscada únicamente se consigue a través del auxilio del cirujano.
En primer lugar, una correcta evaluación especializada de las pacientes es fundamental. A través de ella, muchas veces vemos que, a pesar de que a primera vista la cola carecería de proyección, forma y tamaño, en realidad existe una desarmonía entre la región glútea, específicamente, y las áreas que la circundan (salvavidas –supraglútea-, pantalón de montar –trocanterica- o el muslo interno). Y esto, definitivamente, altera la belleza del conjunto.
En estos casos, con solo tratar el contorno de la región mediante la lipoaspiración o lipoescultura, se consigue un resultado visual sorprendente y con una apariencia muy satisfactoria: la cola queda del mismo tamaño pero se torna evidente al disminuir la región circundante.
En otros pacientes, junto con este procedimiento también se puede re-aprovechar el tejido adiposo retirado de la región circundante para colocarlo en la región glútea. Se consigue, así, una proyección real que, sumada a lo anterior, permite un resultado excelente.
En algunos casos, ya sea por no tener suficiente tejido adiposo retirado (que sería utilizado para los injertos de gordura en los glúteos) o por la excesiva falta de sustancia en la cola, se justifica la utilización de una prótesis glútea. Ésta puede asociarse -o no- a la lipoescultura.
Cómo son las prótesis
En el caso de optar por la colocación de una prótesis glútea, ésta debe ser, en primer lugar, específica para tal fin. O sea, la película que envuelve el contenido debe ser más espeso y la forma debe ser diferente a la de una prótesis mamaria. La vía de acceso es la inter glútea, de cuatro a cinco centímetros de longitud, y no se visualiza a no ser colocada debajo del músculo glúteo mayor. De lo contrario, la misma se evidenciaría a simple vista o al tacto.
La colocación de una prótesis glútea se practica sobre anestesia peridural o general, previos exámenes de laboratorio. El tiempo de internación es tan solo el día de la cirugía y se sale de alta con una curación simple y una faja de compresión que debe ser utilizada durante un mes, tiempo en que la paciente podrá permanecer boca arriba o hacia abajo, evitando las posiciones laterales. Los puntos se retiran al octavo día y la actividad física puede comenzar, paulatinamente, a partir del primer mes. oc.
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