Con la luz apagada

Por distintos motivos, hay quienes no se animan a tener sexo con la luz prendida. Enterate por qué generalmente son las mujeres quienes eligen la oscuridad.


Con la luz apagada
Hay personas totalmente desinhibidas que no tienen problema alguno en dejarse ver al desnudo por ese otro con quien deciden tener un encuentro sexual. Tampoco los intimida el mirar, sino todo lo contrario, los estimula. También ocurre que a algunos les excita más mirar y a otros ser mirados.

Pero, en el otro rincón, hay seres muy tímidos y acomplejados que realmente la pasan mal en la cama por lo cual eligen tener sexo a oscuras.

Según la psicóloga Carolina Villalba, "mantener la luz apagada puede dar más confianza a algunas personas. Esto sucede cuando existen inseguridades, a veces relacionadas con problemas de autoestima, de sentirnos incómodos con nuestro cuerpo, o incluso por pudores ante la desnudez propia y la del otro".

También puede darse en los primeros encuentros sexuales, donde todavía no estamos en un terreno plenamente dominado. Aunque existen matrimonios o parejas de larga data que nunca lo hicieron con la luz encendida.

Sin embargo, esta elección no siempre tiene que ver con traumas; hay quienes sienten que a oscuras se consigue un mayor espacio para la fantasía a través de los sentidos sensoriales.

Villalba opina que la elección de la luz apagada o en penumbras puede ser simplemente porque hay quienes disfrutan mucho de sus vastas construcciones sobre fantasías sexuales y que, tal vez, son más fáciles de desarrollar con poca luz. "No será un problema mientras ambos miembros de la pareja compartan este gusto", remata.

Generalmente son las mujeres quienes prefieren hacerlo con menos luz y los motivos pueden ser:

- Por su historia, educación, represiones culturales y sexuales.
- Los pudores con el cuerpo condicionados muchas veces por los modelos de belleza impuestos en la sociedad.
- Porque la mujer cuando se permite fantasear, suele hacerlo en forma más elaborada y necesita ir acorde a un ambiente de erotismo que puede lograrse más fácilmente con poca luz.

Por otra parte, nunca está demás jugar con la ambientación del dormitorio, la penumbra o las diferentes sombras para crear un clima afrodisíaco que puede incluir luces de colores, pañuelos sobre lámparas o velas.

Pero más allá del efecto lumínico -elección que puede variar según cada momento- lo importante es vivir una buena sexualidad, contarle al otro cuales son las preferencias y encontrar el punto en común donde ambos puedan disfrutarlo.

Y a vos, ¿cómo te gusta?

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