El gen de la eyaculación precoz

El cerebro, mediante la acción combinada de distintos grupos de neuronas, gobierna nuestra respuesta sexual. Sin embargo, un gen sería el responsable de la eyaculación precoz. Enterate por qué.

El gen de la eyaculación precoz

¿Cuántas veces una mujer ha quedado decepcionada frente a quien en la cama la mira con cara de ternero degollado mientras le repite el ya clásico: "es la primera vez que me pasa"? Esta vez el tema no pasa justamente por una disfunción sexual, acá sí pudo hacerlo, aunque muy, muy, muy rápido.

Y para entender acerca de cómo funciona la eyaculación precoz es necesario hablar de dos sustancias claves que produce nuestro cuerpo: la dopamina y la serotonina. La primera participa en el fluir sexual mientras que la segunda interfiere en dicho proceso.

Hay productos farmacológicos y drogas que potencian la actividad de la neurona que utilizan dopamina y facilitan la respuesta sexual. Por el contrario, también existen los que activan las neuronas que usan la serotonina y provocan el retarde de la respuesta femenina y eyaculatoria masculina.

Estos fármacos se aprovecharon en el tratamiento de la eyaculación precoz y hacen posible el control orgásmico en el hombre, sobre todo en los casos más reiterativos. Claro que la velocidad de la respuesta eyaculatoria depende de factores varios como el deseo sexual del momento, estado de ánimo, o los sentimientos hacia la otra persona, entre otras cosas.

La identificación de los genes relacionados con la respuesta eyaculatoria rápida, hecha por los investigadores de la Universidad de Utrecht en 2008, nos aproxima a un mejor diagnóstico y tratamiento. Se trata del gen llamado 5-HTTLPR que, al parecer, está encargado de la cantidad y actividad de la serotonina.

Pero, como decíamos al principio, además de lo físico y neurológico y de su posible control mediante medicamentos como apoyo transitorio para un reaprendizaje, también hay factores psicológicos que pueden tratarse con un sexólogo capaz de orientar a la persona y le haga saber que no es la única que lo padece y que la situación puede revertirse.

Lo importante es aceptarlo, negar, solo atrasaría el tratamiento del problema y en consecuencia, poder disfrutar plenamente de cada encuentro sexual.


¿Pasaste alguna vez por un proceso de eyaculación precoz? ¿Pudiste revertirlo? ¿Te avergonzaría contarlo?

Fuente consultada: soitu.es

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